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viernes, 22 de octubre de 2010

Mantos, vestidos y túnicas de Nuestra Señora del Pino

Siempre se han conocido siete mantos para salir la Virgen en sus fiestas y bajadas a Las Palmas de Gran Canaria: morado, verde, el de los Pinos, blanco y rojo, y dos para diario. Aparte hay uno de color lamé de plata, regalo de los señores Vega -Sintes (don Matías Vega), que sólo se lo puso un año para diario. Los señores Vega-Sintes se lo regalaron a la Virgen del Pino al ser nombrado don Matías Hijo Adoptivo de Teror, en agradecimiento al engrandecimiento que se dio a las Fiestas del Pino a partir de 1951 y dejar la presidencia del Cabildo para marchar a Barcelona de Gobernador Civil.

El traje morado o de penitencia, se le llama traje de las rogativas, se estrenó en 1758 y se le hizo con limosnas. Ese año hubo una plaga de cigarra berberisca. La Virgen bajó a Las Palmas de Gran Canaria del 11 al 25 de octubre de 1936 con este manto, pidiéndole por el feliz término de la Guerra Civil. Fue un regalo del corregidor Aguirre, gobernador de Gran Canaria.

El manto verde con el que regresó a Teror el 25 de octubre de 1936 data del año 1860 y fue bordado por las religiosas Hermanas de la Caridad del Hospital de San Martín.

El terno o manto de Los Pinos se estrenó en 1785 y está entre los objetos de gran valor. Es de tisú y fue regalo del obispo Joaquín Herrera de la Barcena, que gobernó la Diócesis entre 1795 y 1796. La Basílica tiene un juego de capa pluvial, casulla y dalmáticas con las que se oficiaba la misa pontifical y presidía la procesión del Pino en tiempos lejanos.

El manto blanco se le llama también terno de los navíos y es de tisú. Fue regalado en 1762, no se sabe por quién. En la bajada de la Virgen a Las Palmas de Gran Canaria en 1801 se le puso y presidió la procesión del Corpus. Esta bajada fue por falta de agua. En 1982, el bordado de este manto, del que conservo un trozo, fue traspasado a otro también de fondo blanco.

En las Fiestas del Pino de 1980, con motivo de las bodas de Diamante de su Coronación Pontificia por el obispo José W. Cueto y Díaz de la Maza, de la orden Dominica, estrenó un nuevo manto verde realizado por Francisco Herrera y Juan Carrasco, trabajo que duró tres años.

Con motivo del cincuentenario del patronazgo de la Virgen del Pino, Patrona Principal de la Diócesis de Canarias, en 1964 el Cabildo Insular acordó regalar un manto a la Virgen, de color celeste, que fue bordado por las religiosas cisterciences en la isla de La Palma. Pero al levantarse la polémica entre el Obispado de Canarias y el Cabildo en el mes de junio de este año, con motivo de la apertura de la Casa Museo de Benito Pérez Galdos, autor de los Episodios Nacionales, el Obispo Pildain, contrario a la apertura del Museo, prohibió al Gobernador Civil, Presidente del Cabildo y Alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, asistir a los actos religiosos como autoridades; y el manto que iba a ser regalado a la Santísima Virgen no se recibió. El manto fue expuesto en el Salón de Actos del Cabildo Insular. Al aceptarle Su Santidad el Papa Pablo VI la renuncia a Monseñor Pildain y, quedando vacante la Diócesis de Canarias, en las primeras Fiestas del Pino, el ecónomo de la Basílica vistió a la Virgen con el manto celeste del Cabildo, cosa que fue criticada por muchas personas. Con las obras de la Basílica en la década de los años setenta, el manto celeste del Cabildo se deterioró. ¿Fue un castigo?¿Fue una casualidad?.

En el año 2002, fue adquirido un nuevo manto rojo, realizado por el bordador Francisco Herrera.

En el año 2008 y como sorpresa para la mayoría de los canarios, fue adquirido un nuevo manto rosa-salmón donado por una familia de la isla de Fuerteventura y realizado por el que fue, bordador oficial de la Virgen del Pino, Francisco Herrera, fallecido desde el año 2009.

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