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martes, 16 de noviembre de 2010

Detalles de la Bajada de la Virgen del Pino a la Catedral de Canarias en el año 2000, con motivo del Año Santo Jubileo

Eran las 2 de mañana en Teror y por el ambiente de sus calles nadie podía presagiar que horas mas tarde iba a tener lugar un acontecimiento histórico. Apenas 50 personas rodeaban la Basílica de la Villa Mariana, durmiendo en sus bancos, sentados en sus escaleras o acomodados saboreando un delicioso bocadillo de chorizo de Teror del único puesto que, a esa hora, ya estaba abierto junto a la puerta de la Basílica.

Tranquilidad, en la madrugada del 3 de junio, que pronto de rompería. Extrañamente, a las 3 y cuarto de la mañana, continuaba la calma y, aunque el número de personas había aumentado, todavía no daba apariencia de que se fueran a reunir los visitantes que la organización esperaba.

De repente, sobre las 4 menos cuarto comienzan a llegar guaguas públicas y privadas repletas de bullicio y algarabía. Una, dos, tres, cuatro..., mejor dejar de contar y procurarse un buen lugar en la Basílica o en la Plaza del Pino. Ahora sí, el Jubileo 2000 había llegado a la Villa de Teror. Incluso la fría noche se había encalidecido y los pequeños murmullos que rompían el silencio nocturno de horas atrás se habían convertido en el ruidoso charlar de miles y miles de personas.

La solemne celebración litúrgica, a las 4 y media de la madrugada, sequida respetuosamente por los fieles. Se acercaba la ansiada hora. Nuestra Señora del Pino empezaba a preparar sus entumecidos pies que durante doce años no habían hecho otro ejercicio que mantenerla hierática en su trono.

Por fin, las 5 de la madrugada, que hasta un invidente podía adivinar por el estruendo estallido de los cohetes en el cielo negro, los aplausos, los vítores, los piropos a la Patrona, las oraciones en voz alta, los cánticos folkóricos, la imagen empañada de la Virgen por las lágrimas de los ojos de los miles de canarios, las rodillas clavadas en el suelo mostrando la adoración de piernas temblorosas. "Hola Pino", "Viva la Virgen del Pino", gritaban muchos, "guapa".

Un manto de seda verde con hilos dorados y una gran sonrisa para saludar a sus hijos. Comenzaba el largo peregrinar con algunos empujones para ocupar los primeros puestos de la comitiva que presidía el Alcalde de la Villa Mariana, Juan de Dios Ramos, que ataviado del típico traje canario declaraba que "estoy emocionado al igual que toda esta gente. Supone un inmenso orgullo vivir la visita de la Patrona de la Diócesis de Canarias a la capital canaria que además se va a encontrar con el Santo Cristo de Telde". Sobre este encuentro se oyó más de un grito, como el que decía, "corre Pino que tu hijo, el Cristo de Telde te espera". Y parecía que Nuestra Señora del Pino, ante tal aliento, aligeraba el paso.

¿Quién diría que desde 1988, la Santa Virgen, no había dado ni un solo paso hacia la capital? Mantenía un buen ritmo, sin titubear una caminar oteante, con la seguridad de la que recordaba perfectamente el camino. Desde su trono dirigía la procesión u nos desviaba la vista de los devotos, de sus fieles. Parecía que los miraba como si los conociese con nombres y apellidos. Y ellos se encontraban a gusto a su lado.

Gente de todas las edades, de todas las condiciones, de todos los rincones de la isla, de otras comunidades autónomas, de otros países, de distintas congregaciones religiosas, discapacitados físicos y psíquicos, incluso, ateos.

Sobre las 6 de la madrugada, aún de noche, la larguísima comitiva atravesaba los barrios de Miraflor, El Hoyo y El Hornillo. El trono llevaba un paso muy ligero, como si la Virgen estuviera deseosa de llegar a Las Palmas, y ya se escuchaban los primeros comentarios sobre romper con los horarios estipulados. Todos esos barrios recibían a los romeros y al trono como era menester y algunos se unían animados por la multitud.

Amanece y se espera que el sol no empape de sudo el cuerpo de los caminantes. Bastante luz, un resplandor, despide la imagen. Son las 7 de la mañana y Tamaraceite se acerca. Pero antes, El Toscón a las 8 y media de la mañana y el ánimo sigue como al principio. Los pies desnudos de las promesas de algunos fieles ya presentan llagas y algo de sangre; un bebé de 6 meses abre sus ojos y llora impresionado del espectáculo que lo rodea, otra promesa.

Increíblemente, el trono de la Virgen ya divisa Tamaraceite, y sólo son las 9 y diez de la mañana. Veinte o veinticinco minutos más tarde, Tamarecite recibe a Nuestra Señora del Pino. Sube el trono, renacen los cánticos, nuevos vítores, nuevos piropos, más aplausos, más gente. Hubo quien gritando le pedía que "quédate aquí, quédate con nosotros".

Ella está con nosotros. Tamaraceite era un clamor y, aunque, la procesión se había adelantado varias horas, no cogió por sorpresa a los lugareños. Siete Palmas la ve a las 12 menos diez y Las Palmas ya está muy cerca. Nuestra Señora del Pino no parece cansada y no afloja el paso. Se la ve en forma a pesar del tiempo que hace que no peregrina. La procesión con el trono alcanza una velocidad de 2 km/hora o más. Pronto la Villa Mariana de Teror entregará a las autoridades capitalinas la venerada imagen. La Plaza del Pino es el lugar acordado. Allí la recibe el Alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, José Manuel Soria, con acto solemne, emotivo y espectacular a pesar de su sencillez. Los habitantes de Las Palmas dan las gracias a los vecinos de Teror, como hicieron con los de Telde, por dejar visitar a la Patrona unos días.

En cada barrio, en cada pueblo se ha unido gente a la procesión pero el número de fieles que la esperan en Las Palmas para mostrarles sus respetos, cariño y darle una calurosa acogida fue incontable. Muchos equipajes de la UD Las Palmas ofreciendo a la Virgen del Pino el ascenso a Primera División.

En Las Palmas, ya pasadas las 2 y media de la tarde, vuelve a estallar el júbilo del Jubileo 2000, con más fuerza si cabe. Nuevos piropos como, "eres más guapa que Helen Lindes" o "quien fuera tu trono para besarte los pies". Rompiendo las espectativas, sobre las 4 de la tarde, Nuestra Señora la Virgen del Pino, llega a la Catedral de Canarias donde la espera el Cabildo Catedral y el Obispo de Canarias Ramón Echarrén. Entra en la Catedral, saluda al Santo Cristo de Telde y se coloca a su derecha.

Bienvenida Señora y grata estancia. Gracias por el paseo.

5:15 horas: Preparados, listos y... a peregrinar. A primeras horas de la mañana, gentes venidas de todas las partes de la isla de Gran Canaria se agolpaban en la Basílica del Pino para iniciar el recorrido que llevaría a la Virgen del Pino hasta la Catedral de Canarias. La brisa matutina les servía para estar frescos para un largo viaje.

7:00 horas: La edad no fue problema. Tras casi dos horas de largo andar, los más veteranos de la vida seguían con ánimo el histórico peregrinaje de la Virgen.Está claro que la fe mueve montañas.

9:40 horas: La Virgen ya está en Tamaraceite. Cuatro horas de peregrinaje y los feligreses seguían tan "panchos". La Virgen del Pino presidía el tumulto humano que ya se encontraba en Tamaraceite. Quedaba menos para llegar a la capital grancanaria, pero eso no era problema. La Virgen se merecía eso y más.

9:50 horas: Hora de reponer fuerzas. Tanto camino se merecía un "sorbito" de cualquier líquido refrescante. Sin embargo, los fieles mantenían la alegría de acompañar a la patrona en su largo viaje.

10:30 horas: El Papa preside... la bajada. Algunos de los balcones del barrio de Tamaraceite se vieron adornados con la imagen del Papa Juan Pablo II. Y es que una eminencia como ella no podía perderse las maravillas de la bajada de la Virgen del Pino a la Catedral.

13:15 horas: Símbolos peregrinos. Muchos de los caminantes portaban diversos símbolos peregrinos. Cruces, lazos de estacas y demás artilugios llenaron de misticismo el peregrinaje hacia Las Palmas de Gran Canaria que ya llegaba a la calle Pedro Infinito.

13:45 horas: Y el río humano continuaba su cauce. Ya habían pasado más de ocho horas desde la salida de Teror y pocos eran los caminantes rezagados. La gente seguía fielmente el discurrir de la Virgen del Pino por las calles de la ciudad. En la larga calle Pedro Infinito las evoluciones de los feligreses parecían representar todo un río humano que avanzaba raudo y veloz hacia la desembocadura, la Catedral de Canarias.

14:30 horas: El cansancio ya hacía mella. Aunque la gran mayoría continuaba fielmente junto a la Patrona de Canarias, otros preferían echar una "Cabezadita" en los parques anexos al paso de la Virgen. Cualquier objeto servía para reposar del enorme cansancio acumulado.

14:45 horas: El traje típico también fue protagonista. Pese a que no fue la vestimenta más utilizada por los peregrinos, muchas personas no perdieron la oportunidad de esta cita símbolo del Archipiélago para sacar del armario los trajes tradicionales.

15:15 horas: Que siga la parranda. La bajada de la patrona canaria fue toda una fiesta desde sus prolegómenos hasta su final. Algunos, a pesar de ñas 10 horas de camino, pedían más parranda.

15:30 horas: Traspaso de poderes en el Castillo de Mata. Los alcaldes de la Villa Mariana de Teror y de Las Palmas de Gran Canaria protagonizaron el traspaso de poderes provisional a la Virgen del Pino a la capital grancanaria. El acto lo supervisaba el Rector de la Basílica del Pino. Que se queden tranquilos los de Teor, la Virgen del Pino volverá el 17 de junio a su casa.

15:55 horas: Unos pasos más... Llegaba la hora de hospedar a la Patrona. Quedaban ya pocos metros. Sin embargo, algunos necesitaron la ayuda y el ánimo de sus amigos para alcanzar la meta final.

16:05 horas: La Patrona cruza el umbral de la Catedral de Canarias. por fin llegó el momento histórico. Desde el año 1988 no se vivía un momento así. Las once horas de camino valieron la pena. La Virgen del Pino ya vive en la Catedral de Canarias.

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