San Sebastián, las epidemias y sus ermitas

San Sebastián de Agaete (José Luján Pérez).

Se ha celebrado la festividad de San Sebastián, culto que desde tiempo inmemorial fue invocado por los pueblos para que les librara de las epidemias, solicitud que data de muy antiguo. Señala la tradición que en el año 680 Roma estaba infectada de la peste y sus ciudadanos construyeron un altar con la imagen de este santo en la Basílica de San Pedro a la que iba la gente a invocarle cesando aquella epidemia.

El culto a San Sebastián en nuestras islas también ha sido importante de forma que, una vez conquistada, la tradición arraigó en ellas, de forma que en muchos de nuestros pueblos se construyeron ermitas de esta advección. Varias son las de Gran Canaria que tienen o han tenido ermitas dedicadas expresamente al santo que preferentemente fueron construidas casi siempre a la entrada de aquellos pueblos para, al considerarlo protector de epidemias, evitar la entrada de aquellas enfermedades.

El Real de Las Palmas tuvo en su tiempo dos ermitas dedicadas a este santo. Una primitiva levantada a principios del siglo XV que don Juan Artiles la sitúa en las inmediaciones del Banco de España. Estaba allí -situación que en la época definen como "extramuros"- fuera de la muralla que protegía la ciudad desde el castilllo de Santa Ana al de Mata. Todavía se localiza allí en 1559 en el mapa de Torriani y en 1599 en el de Próspero Cazola. Pedro Agustín del Castillo, en 1686, ya no se refiere a la antigua sino que dice que "demolida la primitiva situada extramuros se edificó una nueva frente a la de San Telmo". En 1792 el ingeniero militar Luis Marqueli la sitúa ahora "en Triana y donde está la de San Telmo", para tener una última referencia en 1833 cuando Pereira y Pacheco menciona la de San Bernardo y nada dice de la de San Sebastián, suponiéndose que ya había sido derribada. Sobre la imagen titular que tenía la ermita una vez derribada se sabe que fue colocada en San Telmo de donde fue robada a finales del XIX.

Arucas tuvo asimismo una ermita al santo construida en los años inmediatos a 1515 y que estuvo situada en el lugar que hoy ocupa la llamada Plaza de la Constitución, sobre la no contamos con más datos. Como no podía ser de otra forma, Santa María de Guía cuenta desde 1528 con otra de estas ermitas, existencia que conocemos en el testamento de Pedro Báez, natural de Villarreal en Portugal, que trabajaba en el ingenio blanco de los Riberoles cuando entre sus mandas señala una "para la ermita de San Sebastián que se hace en Guía", y otras "para la obra de Santiago de Gáldar", La de Gáldar, igualmente levantada a la entrada de la localidad, fue construida a finales del XV o principios del XVI en solar cercano a la vivienda que ocupó en su tiempo Pedro de Argüello, cronista que fue de la isla, y sobre la que se conoce su existencia ya en 1519 cuando se bautiza en la iglesia galdense un niño con el nombre de este santo "porque lo dejaron delante de la ermita de San Sebastián", nos refiere el cronista López García, además de la mención que figura en el testamento de Margarita Fernández Guanarteme (fallecida en Agüimes) dictado en Guía ante San Clemente en 1526 por su tercer esposo Blas Rodríguez en el que deja una manda para "la ermita de San Sebastián de Gáldar".

En Agaete existe otra construida igualmente a la entrada del pueblo que aunque aparece en algunas publicaciones levantada en el XVII por el capitán Alonso Imperial, Sebastián Sosa aporta el dato de que fue construida a mediados del XVI por Rodrigo Hernández, afirmando que así lo declara éste en su testamento de 1596, legajo que no ha podido consultarse al estar retirado en el AHPLP por el mal estado de los folios. Pero si contamos con los testamentos de Alonso Imperial fechados entre 1687 y 1690 en los que no alude a la fundación de la pequeña iglesia. Estas tres ermitas del norte de la isla cuentan con imágenes de Luján Pérez, (la de Guía donada por Ignacio de Silva) sobre las que Sebastián López García escribió que "mientras que la de Guía es de extremada delicadeza, en la de Gáldar es patente su forma hercúlea", y si en las dos primeras aparece el santo mirando al cielo en agonía mientras es martirizado, en la de Agaete nos la muestra el imaginero en una representación poco habitual, con el rostro caído y en la actitud serena de la muerte, imagen que ilustra estas notas.

Telde también tuvo su ermita a San Sebastián situada en el barrio de San Francisco y según Hernández Benítez consta ya su existencia en 1490, año en que se conoce la fundación de su cofradía, vetusta pequeña iglesia, señala, que fue demolida en 1868 cuando era alcalde José Falcón Vega quien a pesar de las súplicas del párroco Juan Jiménez Quevedo, ordenó la demolición. Respecto a quien la construyó hace referencia a la visita pastoral del licenciado Fernán González de la Costa en 1555 en cuya acta se dice que preguntado quien la había fundado los testigos declaran "que fueron los vecinos y feligreses hará unos setenta y cinco años, el año que fueron a conquistar y se ganó la isla de La Palma", estimación coincidente con la fecha de 1490 estampada en el manuscrito localizado por el Dr. Hernández Benítez en aquel archivo parroquial.

Finalmente nos queda la iglesia parroquial de San Sebastián de Agüimes que no fue entronizada a la devoción de este santo por ningún temor a epidemias, sino porque fue el 20 de enero de 1487 -festividad litúrgica del santo- cuando los Reyes Católicos firman la cédula de incorporación de Gran Canaria a la Corona de Castilla en la que se hace alusión expresa al señorío de Agüimes cuando se dice "damos nuestra fe y palabra real de que no enagenaremos dicha isla ni ciudades de ella excepto lo por Nos mandado dar para el Obispo, que es o fuera de dicha isla, e para la iglesia", siéndolo Miguel López de la Serna cuando tomó posesión del señorío, según Cazorla León. Aparece igualmente en 1526 en el mentado testamento de Catalina Hernández Guanarteme cuando expresa su deseo de ser "enterrada en la ermita de San Sebastián" de aquella villa.

Pedro González Sosa.

La Provincia. Diario de Las Palmas.