El tipismo y la devoción a la Virgen del Pino se dueñan de las calles de Teror

El Alcalde, Juan de Dios Ramos, destaca que el pasado 7 de septiembre acudieron a la Villa 50.000 personas.

Teror olía en esos días, más que nunca a canariedad. Desde primeras horas del día, una explosión de tipismo y de un gran sentimiento de fervor y devoción hacia la Virgen del Pino se adueñaron de esta pequeña localidad que en ese día vio multiplicada su población.

Al igual que en años anteriores, los peregrinos y participantes en la romería fueron bastante precavidos y acudieron hasta la Basílica de la Patrona con bastante tiempo de antelación. Algunos lo hicieron a pie, otros en transporte público, pero lo cierto es que hasta las tres menos cuarto de la tarde se podía llegar con facilidad hasta la entrada del pueblo según se viene de la capital.

Los bares y bochinches de la zona se hicieron su agosto particular y el traje típico ganó por abrumadora mayoría a esas horas a pesar de que la mayoría de los componentes de las agrupaciones y rondallas se encontraban en aquel momento cerca del Castañero Gordo, lugar de partida de la ofrenda.

Una de las notas más destacadas de la tarde la puso la ausencia de las chácaras y tambores de los danzarines herreños. Los que no faltaron fueron los miembros de la comitiva que representó al municipio tinerfeño de Candelaria, con el que la Villa está hermanada. En la mayor parte de los casos, las carretas cumplieron con los requisitos marcados por el Cabildo de Gran Canaria en cuanto a peso y dimensiones. Las yuntas de bueyes desfilaron sin sufrir daño alguno y su cargamento llego indemne a la Basílica.


Teror:La Carreta de la Villa Mariana, llamada "250 años de devoción", abrió la romería con un diseño de Enrique Guerra en el que los retratos de la Virgen del Pino y la Basílica eran su nota más signifiativa.

La Aldea:Los aldeanos se plantaron ante la Virgen del Pino con más de 300 kg de comida y la carreta bautizada con el pragmático nombre de "Cestas de Mimbre".

Mogán:El incidente con su falúa rodante no les amilanó. En "Carreta con frutos de Mogán y barquillo con picúo" había de todo. Trajeron desde pulpos y bonitos, hasta aguacates.

Valleseco: Unas espigas coronaban su plataforma. Como en el resto de comitivas, dejaron en la Basílica cerca de 350 kg de comida. La carreta se llamaba "La Reineta Gran Valle".